martes, 12 de julio de 2011

Solución al acertijo

Esto que veis en la foto, se encontraba en el Museo Arqueológico de la ciudad antigua de Anuradhapura. Se trata de uno de los muchos urinarios utilizados por los sacerdotes budistas de la época.
Suerte a los afortunados y a seguir jugando !!!.

Día #14: Dubai

Hoy, en la zona del Dubai Creek, la ría natural que se adentra unos 10 km. tierra firme, hemos visitado la zona de Deira, donde estamos alojamos, acercándonos a ver los muelles de los dows (embarcación tradicional de pesca, aún en uso, con casco de madera).

Hemos hecho la ruta de los zocos: el zoco del oro, con el mayor anillo del mundo (58 kg.) en uno de los escaparates; el zoco de las especias (muy cutre, nada que ver con el de Estambul, por ejemplo), el de los perfumes,...
 
 
 

También entramos en alguna antigua residencia del gobierno, ejemplo de la arquitectura arábiga de finales del siglo XIX en Dubai. Interesante, aunque muy chocante, viniendo de Sri Lanka, donde las ciudades antiguas del norte presentan una historia que se remonta a periodos antes de Cristo...

Cogemos un abra, pequeñas barcas tradicionales, para atravesar el Creek hasta Bur Dubai.
 
Aquí, más zocos, edificios con las típicas torres de viento, usadas como refrigeración, aprovechando los vientos de la zona, y como curiosidad, una estrecha calle, Hindi Lane, con un templo hindú, el único de los Emiratos Árabes.

El calor es tan agobiante, que pasamos del Museo, cogemos un taxi, y nos hacemos unos 20 km. para llegar a la zona de Dubai Marina. Zona residencial, con apartamentos organizados en urbanizaciones, con playa pública, embarcadero, etc. principalmente llena de europeos.

Tras comer algo, nos adentramos en la Palmera Jumeirah, una palmera en el mar. Se acabó de construir en 2007, viven alrededor de 15.000 personas y es la zona más lujosa para vivir en Dubai City. La palmera se compone de un tronco, donde se sitúan edificios de apartamentos de media altura y algunos complejos hoteleros de mayor altura; del tronco salen las ramas con viviendas unifamiliares que disfrutan de acceso a una playa continua que recorre el sistema de canales. Una pasada. (esta foto la sacamos desde el avión)
 
 

Y situado en la punta de la palmera, el Hotel Atlantis. Con solo 5*, cuenta con 1.539 habitaciones y tiene el mayor parque acuático de Oriente Medio (curiosos los bañadores locales). Por si fuera poco, un inmenso acuario. Aquí la entrada es libre, aunque le decimos al de seguridad que vamos a preguntar los precios de las habitaciones.

Una vez en el hall, nos sentamos en unos más que cómodas butacas, a descansar de la jornada que llevamos. 
 
 
 
Vemos el acuario, camino del Monorail que nos llevará por encima de la palmera, y poder así disfrutar de las vistas.

Desde aquí, nos dirigimos al Skyview del Burj Al Arab, el hotel más lujoso del mundo, un rascacielos de 320 m. con forma de curvas que se asemeja a una gran vela de dhow hinchada por el viento. Posee 202 suites y ninguna habitación estándard (¿para qué?). La más pequeña cuenta con 170 m2 y la más lujosa 780 m2.
 
 
La única forma de acercarse al hall, es tener una reserva hecha en algunos de sus restaurantes o bares. Y eso es lo que llevábamos desde Bilbao. Era algo así, como nuestro salvoconducto para poder acceder al hotel. Todo lujo, qué os vamos a contar.
 
 
Tuvimos un pequeño contratiempo con las normas de etiqueta, con el calzado de Roberto, que no fue considerado como "closed shoes", así que no nos dejaron acceder al bar. Un poco de chasco al principio, pero pensándolo bien, nos ahorramos el cocktail, y objetivo conseguido por haber podido acceder a las entrañas de un sitio tan destacado.

Para acabar la jornada, un taxi nos llevó al cercano Mall of Emirates, no tan grande como el Dubai Mall, pero con el aliciente de tener el Ski Dubai, la pista de ski cubierta más grande del mundo.

 
Y colorín, colorado, esta aventura se ha acabado. Esperamos que halláis disfrutado tanto o más que nosotros. Agur !!!


Día #13: Colombo - Dubai

No hemos dormido mucho, ha sido un día largo, desde que nos levantáramos en Unawatuna. Temprano por la mañana, aterrizamos en Dubai, donde pasaremos el fin de semana. Hoy es viernes, y hasta las 14 horas, no habrá mucha actividad, por ser el día festivo de los musulmanes. Ni siquiera hay metro, y las tiendas de los zocos están también cerradas.
Tenemos suerte y nos dan la habitación, por lo que nos tumbamos y dormimos unas horas. Una ducha reparadora y a explorar esta ciudad.
¿La mejor forma de moverte por esta metrópolis donde las distancias son tan grandes? Sin lugar a dudas, el taxi. Nosotros que somos un poco anti-taxi, es lo que hemos hecho. Aparte de la comodidad, seriedad y rapidez, está el precio, muy barato, incluso para recorridos de varios kilómetros.
Además, el calor es tan sofocante, que las marquesinas de los autobuses están climatizadas!!!

Primera parada: uno de los numerosos centros comerciales que hay, el Wafi Mall. La visita responde sobre todo a la temática del mismo, centrada en Egipcio, con pirámides, efigies, etc. También hay otras zonas interiores, dedicadas a otros países cercanos.
 
 
Todo en perfecta armonía, sin apenas gente, con muchas tiendas cerradas, pero con una tranquilidad, que es lo que necesitábamos para comenzar el día.
 
 

La temperatura exterior ronda los 44ºC, por lo que cogemos otro taxi para ir al centro comercial más grande del mundo con sus más de 1.200 tiendas. El plano que te dan en la entrada (en una de las muchas entradas), es más complejo que algunas líneas de metro. Lo que no encuentres aquí, simplemente no existe. La decoración es lujosa, sin faltarle detalle.
 

El Dubai Mall, tiene además otros atractivos como un acuario con más de 400 tiburones y rayas...
 
 
 
... y también tienen una pista de patinaje, que para qué la van a construir pequeñita, si pueden 
hacerla tamaño olímpico. Aquí todo es a lo grande, a batir récord Guinness.
Hacemos algo de shopping, comemos y al atardecer, a eso de las 18:30, nos acercamos a la entrada del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Tenemos la reserva hecha, y nos preparamos para subir en el ascensor, de los 57 que tiene el edificio (sí, el más rápido del mundo a 10 metros/seg.)
Una vez arriba, las vistas del skyline de Dubai no son todo lo nítidas que nos hubiera gustado. Un taxista ya nos había comentado que hace unos días habían tenido una tormenta de arena, y hasta que no pase una semana más o menos, la atmósfera no se despejará del todo. Suelen tener 4 o 5 tormentas de este tipo a lo largo del verano.
Los taxis con la capota de diferentes colores, nos recuerda a las piezas del Tetris.
 
 
 
Esto que se aprecia abajo, junto a una de las entradas del Dubai Mall, es la Dubai Fountain, una copia (más grande) de las fuentes del Bellagio de Las Vegas, que pudimos disfrutar el año pasado en la Route 66.
 
No obstante, no nos podemos quejar. El día se va oscureciendo, y las luces le dan otro toque al entorno.

Bajamos, compramos una coca cola, y salimos al calor exterior, para disfrutar del espectáculos de las fuentes. No dura mucho, 8', pero es una pasada ver cómo los chorros llegan a alcanzar casi los 150 m. de altura en algunos momentos. Sin palabras.
 


Y con esto, dimos por terminado el día, y pusimos rumbo al hotel, que bien merecido teníamos el descanso (¿quién decía que ir de compras no cansaba?)