martes, 12 de julio de 2011

Día #13: Colombo - Dubai

No hemos dormido mucho, ha sido un día largo, desde que nos levantáramos en Unawatuna. Temprano por la mañana, aterrizamos en Dubai, donde pasaremos el fin de semana. Hoy es viernes, y hasta las 14 horas, no habrá mucha actividad, por ser el día festivo de los musulmanes. Ni siquiera hay metro, y las tiendas de los zocos están también cerradas.
Tenemos suerte y nos dan la habitación, por lo que nos tumbamos y dormimos unas horas. Una ducha reparadora y a explorar esta ciudad.
¿La mejor forma de moverte por esta metrópolis donde las distancias son tan grandes? Sin lugar a dudas, el taxi. Nosotros que somos un poco anti-taxi, es lo que hemos hecho. Aparte de la comodidad, seriedad y rapidez, está el precio, muy barato, incluso para recorridos de varios kilómetros.
Además, el calor es tan sofocante, que las marquesinas de los autobuses están climatizadas!!!

Primera parada: uno de los numerosos centros comerciales que hay, el Wafi Mall. La visita responde sobre todo a la temática del mismo, centrada en Egipcio, con pirámides, efigies, etc. También hay otras zonas interiores, dedicadas a otros países cercanos.
 
 
Todo en perfecta armonía, sin apenas gente, con muchas tiendas cerradas, pero con una tranquilidad, que es lo que necesitábamos para comenzar el día.
 
 

La temperatura exterior ronda los 44ºC, por lo que cogemos otro taxi para ir al centro comercial más grande del mundo con sus más de 1.200 tiendas. El plano que te dan en la entrada (en una de las muchas entradas), es más complejo que algunas líneas de metro. Lo que no encuentres aquí, simplemente no existe. La decoración es lujosa, sin faltarle detalle.
 

El Dubai Mall, tiene además otros atractivos como un acuario con más de 400 tiburones y rayas...
 
 
 
... y también tienen una pista de patinaje, que para qué la van a construir pequeñita, si pueden 
hacerla tamaño olímpico. Aquí todo es a lo grande, a batir récord Guinness.
Hacemos algo de shopping, comemos y al atardecer, a eso de las 18:30, nos acercamos a la entrada del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Tenemos la reserva hecha, y nos preparamos para subir en el ascensor, de los 57 que tiene el edificio (sí, el más rápido del mundo a 10 metros/seg.)
Una vez arriba, las vistas del skyline de Dubai no son todo lo nítidas que nos hubiera gustado. Un taxista ya nos había comentado que hace unos días habían tenido una tormenta de arena, y hasta que no pase una semana más o menos, la atmósfera no se despejará del todo. Suelen tener 4 o 5 tormentas de este tipo a lo largo del verano.
Los taxis con la capota de diferentes colores, nos recuerda a las piezas del Tetris.
 
 
 
Esto que se aprecia abajo, junto a una de las entradas del Dubai Mall, es la Dubai Fountain, una copia (más grande) de las fuentes del Bellagio de Las Vegas, que pudimos disfrutar el año pasado en la Route 66.
 
No obstante, no nos podemos quejar. El día se va oscureciendo, y las luces le dan otro toque al entorno.

Bajamos, compramos una coca cola, y salimos al calor exterior, para disfrutar del espectáculos de las fuentes. No dura mucho, 8', pero es una pasada ver cómo los chorros llegan a alcanzar casi los 150 m. de altura en algunos momentos. Sin palabras.
 


Y con esto, dimos por terminado el día, y pusimos rumbo al hotel, que bien merecido teníamos el descanso (¿quién decía que ir de compras no cansaba?)

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